RADIOTERAPIA
SEMANA 3 - Empatía
Las cosas han ido cambiando en la sala de espera, ya todos nos conocemos y hasta intercambiamos pomadas que curan las heridas y algunas otras, el alma. Esta semana no estuvo completa, el día viernes no tuvimos tratamiento, la sala estuvo apartada todo el día para un niño, me atreví a preguntar qué tenia y fue así como me entere que no era un tratamiento "normal" como el de nosotros, a ese pequeño de 8 años le hicieron el viernes una radio-cirugía cerebral por un tumor en su lado izquierdo, es decir en medio de la cirugía debían detenerse para aplicar radioterapia directamente al tumor tratando de hacer el menor daño posible; los enfermeros de la sala no sabrán según me explicaron si lo que hicieron en el búnker dio resultado o no, su trabajo llega hasta que ven salir al paciente por el pasillo, han tenido que acostumbrarse a no tomar el trabajo de manera personal, pues cada vez que ven pasar a una persona por allí las cosas pueden tener solo 2 resultados.
Después de salir de mis 12 minutos en esa maquina me fui a casa sin quejarme de que ya los síntomas están comenzando a aparecer, mi piel ya se torna rojiza y el cansancio lo noto mas cada día tal como lo dijo el Dr. pero hoy ninguna de esas cosas importan, me voy a casa pensando en mi chiquita y creo que nunca le había hecho una oración tan ferviente, con tanta fuerza a Jehová Dios para que me cuide a mi pequeña, tratando de alejar los pensamientos que me dicen que ese niño de hoy merecía ser protegido también y pienso en la mama de ese bebe, en la increíble fortaleza debe tener para estar en pie en momentos como este, en como debe esconder su dolor para ver a su hijo sonreír.
Sin saber hasta hoy lo cierto que es el poema que reza que cuando se es madre de un hijo se es madre de todos los hijos de la tierra, pienso en todas las mamás que están en la misma situación sin poder dar parte de su vida por ver a sus hijos mejorar y pienso entonces en mi propia madre, concientizo lo desesperante a ha debido ser este proceso para ella, ¡GRACIAS MAMÁ! por hacerte la fuerte, por tragarte tus miedos para que yo me mantenga en pie.
Hoy ya no tengo ganas de escribir, la reflexión que me queda esta semana es la misma que predico en este blog hace un tiempo, pero de manera un poco más intensa. Abracemos señores, amemos, digamos Te Amo, dediquemos tiempo, pero hagámoslo hoy...
Después de salir de mis 12 minutos en esa maquina me fui a casa sin quejarme de que ya los síntomas están comenzando a aparecer, mi piel ya se torna rojiza y el cansancio lo noto mas cada día tal como lo dijo el Dr. pero hoy ninguna de esas cosas importan, me voy a casa pensando en mi chiquita y creo que nunca le había hecho una oración tan ferviente, con tanta fuerza a Jehová Dios para que me cuide a mi pequeña, tratando de alejar los pensamientos que me dicen que ese niño de hoy merecía ser protegido también y pienso en la mama de ese bebe, en la increíble fortaleza debe tener para estar en pie en momentos como este, en como debe esconder su dolor para ver a su hijo sonreír.
Sin saber hasta hoy lo cierto que es el poema que reza que cuando se es madre de un hijo se es madre de todos los hijos de la tierra, pienso en todas las mamás que están en la misma situación sin poder dar parte de su vida por ver a sus hijos mejorar y pienso entonces en mi propia madre, concientizo lo desesperante a ha debido ser este proceso para ella, ¡GRACIAS MAMÁ! por hacerte la fuerte, por tragarte tus miedos para que yo me mantenga en pie.
Hoy ya no tengo ganas de escribir, la reflexión que me queda esta semana es la misma que predico en este blog hace un tiempo, pero de manera un poco más intensa. Abracemos señores, amemos, digamos Te Amo, dediquemos tiempo, pero hagámoslo hoy...
"Porque cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro y el corazón afuera, no sabemos si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra" Los Hijos Infinitos Andrés Eloy Blanco, 1896 - 1955 Abogado, escritor, Poeta y Político Venezolano