NO SIEMPRE ES CON ACTITUD
Estas
semanas he aprendido algo importante que quiero compartir. Me atreví a
cruzar la acera y ver las cosas desde el otro lado del camino, cambié el
lente por un momento y me di cuenta que por más que quieras, las cosas,
no siempre son con actitud.
Camila
tiene 5 años y desde hace unos meses lucha con una de las leucemias más
agresivas, ella ya ha pasado por sus sesiones de quimio y su enfermedad
presenta cierta mejoría pero para que pueda sanarse completamente debe
hacerse un trasplante de médula
que no es posible en el país, debe viajar a Italia y pasar allí 3 meses
para poder completar su tratamiento, hemos recorrido fundaciones y
organizaciones buscando ayuda desde febrero y mientras eso pasa, su
enfermedad sigue allí. Aunque sabe ya bastante de síntomas y dolores
Camila no sabe qué le pasa, no entiende los riesgos que corre, no sabe
de miedos ni de incertidumbres por el mañana, sus padres si lo saben, lo
padecen todos los días. Estos meses he dejado a ratos el optimismo a un
lado y
me he sentado a pensar ¿Cómo se les agarra las manos a estos padres y
se les dice que tengan paciencia, cuando están viendo a su hija menor
sufrir tanto? ¿O cómo le agarro la mano a mi amiga y le digo que todo va
a estar bien cuando a su mamá le han dado un diagnostico tan
duro con un final totalmente injusto? ¿O cómo le explico a los
familiares de una persona que era totalmente sana que el
tumor cerebral que le han diagnosticado no tiene cura?
Estas
semanas me he dado cuenta que estar en este medio es muy duro a veces,
que así como puedes infundir animo, habrá veces que estarás
inevitablemente con las manos atadas, así que tendrás que ser una
persona de muy duros sentimientos o mas bien una muy sensible a lo que
ellos pasan para poder tener el empuje de ayudar. Pero hay momentos en
los que pareciera que tomar un poco de dolor de sus situaciones no logra
aliviar el de ellos, entonces te invaden los sentimientos de rabia con
la vida, la impotencia de no poder hacer nada, de injusticia y con todo
ello se magulla un poco la fe, vienen los por qué y se acaban los "Y
si..." porque lo que aquí sucederá, sencillamente sucederá, no hay
segundas opciones ni dos caras de la moneda.
Lo que he aprendido estas semanas es que no tiene sentido resistirse a lo inevitable, que mientras mas nos aferremos a lo que no debe suceder mas sufriremos, así que lo mejor será adaptarse, no quiero decir con esto que va a ser fácil, o que no va a molestarnos, que no va a doler, creo que tenemos que aprender a comenzar el proceso que nos llevará a esa adaptación, que al principio indudablemente sera un torbellino y nos perderemos en él, pero luego entenderemos que no nos queda mas que seguir a pesar del duro golpe. Y es en ese momento que buscas de Dios, de su paz, cuando sabes que aunque con tus propias fuerzas no se puede mas es el momento de sentirlo allí, de sentir
que te agarra, de hacerte mas humilde al reconocer que lo necesitas y el sentir que Él esta allí, que permite que descanses en Él como un buen padre alivia por momentos tus cargas.
Si
bien es innegable que las circunstancias pueden traer desdicha a
nuestras vidas, también es cierto que cómo nos sintamos dependerá de la
forma en que las abordemos. Cuando nos asumimos como seres incapaces de
soportar una desgracia que nos corresponde vivir, somos mas vulnerables
al sufrimiento y ese sufrimiento permanente surge cuando nos resistimos
irracionalmente al dolor. Al oponernos a lo que es inevitable, nos
desgastamos emocional, psicológica y físicamente. Cuando cooperamos con
lo inevitable, y lo aceptamos, recuperamos la energía perdida, de modo
que podemos utilizarla para tener mas claro cuál es el papel que nos
corresponde en este camino y cómo podemos cumplirlo llenos de paz.
Para
los que estamos como espectadores ante estos casos que duelen tanto
estoy convencida que no hay mayor cosa que traiga paz que hacer el bien
al prójimo, que un abrazo apretado vale mas que mil palabras y consejos
que se puedan dar y lo que más he aprendido estas semanas es que
definitivamente el amor sana más que cualquier medicina, tal vez sea un
placebo temporal, es verdad, pero no cambiaría cada sonrisa que he
visto en la cara de estas personas al sentirse acompañado en sus penas.
Esta corta entrada va dedicada no solo a las miles de personas que luchan a pesar de que están conscientes de que al final no será un final feliz, tambien va dedicada a todas aquellas personas que me han escrito a mi correo personal y a mi twitter tratando de hacerme entender que hay situaciones en las que la actitud no es suficiente. Respeto su modo de pensar, yo sin embargo sigo inclinándome a que las cosas pueden cambiar si cambiamos la manera en la que las vemos, en que si nos dejamos de empeñar en concentrarnos solo en lo malo, en lo doloroso, en como debería ser, el trance hacia cualquier tipo de final sera mas ligero y hasta podemos pensar con mas claridad en cómo ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que están sufriendo de primera mano; yo insisto en pensar que si este es el tiempo que hay, el tiempo que la vida asigno, entonces hagamos las cosas de la manera mas soberbia e impecable posible, inundemos a la persona de amor, de risas, de apoyo, de compañía y sí, es verdad, a lo mejor no vamos a cambiar el final ni será el final que deseamos o un gran final pero creo firmemente que con actitud podemos ayudar a que sea el mejor final posible, yo aun apuesto por concentrarnos en ver los colores del arcoiris aunque ya no tenga los mismos matices de brillos colores. Al final si uno se permite verlo desde otra óptica ese "para siempre" que deseamos junto a ellos es también hoy mismo, hoy que los tenemos aún aquí, hoy que podemos seguir creando recuerdos, sabiendo que estamos haciendo todo, absolutamente todo lo que esta en nuestras manos por ellos.
Otra cosa importante en aquello de hacerle bien al prójimo es que nunca nos quedemos con los brazos cruzados pensando que es poco lo que podemos hacer por ellos. El caso de Camila por ejemplo, gracias a tocar las fundaciones y los organismos correctos está a días de montarse en un avión e irse para Italia para realizarse su trasplante. A las otras personas se les ha conseguido medicamentos que alivian sus dolores y se ha cooperado con los cuidados creando una red de apoyo familiar y de gente que tiene un corazón inmenso. Así que no creas que es poco lo que puedes hacer, no creas que porque al principio haya resistencia a aceptar ayuda no la necesitan, no creas que un mensaje o una llamada no marcará la diferencia, nunca subestimes el poder de un abrazo, de una compañía en silencio, de un aporte anónimo, porque créeme... aunque no pueda cambiar situaciones estas cosas tienen el poder para transformar vidas.
"Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la afrontes el sufrimiento" Viktor Frank. 1905 -1997 Neurólogo y psicólogo Austriaco.
Esta corta entrada va dedicada no solo a las miles de personas que luchan a pesar de que están conscientes de que al final no será un final feliz, tambien va dedicada a todas aquellas personas que me han escrito a mi correo personal y a mi twitter tratando de hacerme entender que hay situaciones en las que la actitud no es suficiente. Respeto su modo de pensar, yo sin embargo sigo inclinándome a que las cosas pueden cambiar si cambiamos la manera en la que las vemos, en que si nos dejamos de empeñar en concentrarnos solo en lo malo, en lo doloroso, en como debería ser, el trance hacia cualquier tipo de final sera mas ligero y hasta podemos pensar con mas claridad en cómo ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que están sufriendo de primera mano; yo insisto en pensar que si este es el tiempo que hay, el tiempo que la vida asigno, entonces hagamos las cosas de la manera mas soberbia e impecable posible, inundemos a la persona de amor, de risas, de apoyo, de compañía y sí, es verdad, a lo mejor no vamos a cambiar el final ni será el final que deseamos o un gran final pero creo firmemente que con actitud podemos ayudar a que sea el mejor final posible, yo aun apuesto por concentrarnos en ver los colores del arcoiris aunque ya no tenga los mismos matices de brillos colores. Al final si uno se permite verlo desde otra óptica ese "para siempre" que deseamos junto a ellos es también hoy mismo, hoy que los tenemos aún aquí, hoy que podemos seguir creando recuerdos, sabiendo que estamos haciendo todo, absolutamente todo lo que esta en nuestras manos por ellos.
Otra cosa importante en aquello de hacerle bien al prójimo es que nunca nos quedemos con los brazos cruzados pensando que es poco lo que podemos hacer por ellos. El caso de Camila por ejemplo, gracias a tocar las fundaciones y los organismos correctos está a días de montarse en un avión e irse para Italia para realizarse su trasplante. A las otras personas se les ha conseguido medicamentos que alivian sus dolores y se ha cooperado con los cuidados creando una red de apoyo familiar y de gente que tiene un corazón inmenso. Así que no creas que es poco lo que puedes hacer, no creas que porque al principio haya resistencia a aceptar ayuda no la necesitan, no creas que un mensaje o una llamada no marcará la diferencia, nunca subestimes el poder de un abrazo, de una compañía en silencio, de un aporte anónimo, porque créeme... aunque no pueda cambiar situaciones estas cosas tienen el poder para transformar vidas.
"Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la afrontes el sufrimiento" Viktor Frank. 1905 -1997 Neurólogo y psicólogo Austriaco.